02 Dec

La delincuencia, las violaciones sexuales y la corrupción no parecen ser suficientes para acabar día a día con nuestra sociedad.

Entre la juventud peruana viene creciendo cada vez más el consumo de la marihuana y otras drogas ilícitas. Muchos jóvenes se olvidan de sus metas, sus proyectos y deseos personales por el simple hecho de que llegan a ser vencidos por el vicio de las drogas.

Pero no solamente el consumo de estos productos prohibidos está acabando con la vida de muchos peruanos, ya que existen otros males que sí son permitidos en nuestra sociedad, pero generan consecuencias iguales o muchas veces peores que la marihuana y las drogas. Me refiero exactamente al cigarro y el alcohol.

Conozco muchas familias que sufren diariamente al tener entre sus integrantes a personas que tienen vicios y son dependientes de estos productos que lo único que hacen acabar rápido con la vida de las personas.

Si están claras las consecuencias del consumo de estos productos, ¿Por qué entonces existen personas que comienzan a usar drogas y marihuana en sus vidas?

La respuesta puede estar en que muchos jóvenes no encuentran el cariño y el amor deseado por sus padres lo que los conlleva a buscar refugio entre sus amigos y donde basta que uno esté contaminado con este vicio de las drogas para que comience a contagiar al resto, será sólo cuestión de tiempo.

Diariamente estamos viendo en los noticieros y en los periódicos sobre accidentes de tránsito producidos por jóvenes en estado de ebriedad o bajo el efecto de sustancias nocivas. Vemos también asesinatos y abusos por parte de hombres y mujeres hacia sus parejas e hijos simplemente por el hecho de estar inconscientes al momento de cometer estos actos.

Finalmente, es la necesidad que estas personas adictas tienen a estas sustancias, lo que genera también que la delincuencia crezca en nuestra sociedad y muy difícilmente, una persona que se introduce a este mundo oscuro encuentra una salida.

Por estos motivos es que no estoy de acuerdo con que la marihuana y las drogas sean legalizadas para el consumo.

Lo mismo pienso de las otras sustancias que generan dependencia y daños a la salud como el cigarro y el alcohol.

Pero mucho más allá de eso, ¿que estamos haciendo nosotros como sociedad para poder educar a nuestros jóvenes y ayudarlos a que cuando se les presente la oportunidad de ser partícipes de estos actos puedan decir firmemente que no?

Escrito por: Walter Gutiérrez

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