01 Dec
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Cuando algo tan oscuro se destapa, siempre se querrá mantener bajo la sombra. Se utilizará cualquier estrategia para amedrentar a quienes amenazan con desestabilizar un mundo lleno de poder. El caso Sodalicio en nuestro país es un gran ejemplo de ello.


 La iglesia es una de las instituciones más importantes que se ha desarrollado desde hace décadas y sigue siendo fundamental para muchos sectores. Su relevancia fue tal que, durante unos siglos, su poder superaba por mucho a distintos gobernantes de diferentes regiones. Los hombres de Dios a lo largo de su historia han presentado todo tipo de obras, desde las más bondadosas hasta las más perturbadoras. Los abusos que se han cometido en distintos países es un hecho condenable, pero debido a su gran influencia, sus crímenes no han tenido mayor repercusión.

 La influencia de esta institución ha llegado a todos los rincones del mundo y el Perú no es ajeno a ello al ser un país mayormente católico. Con ese precedente, no es sorpresa que en el año 1971 se creó el Sodalicio de vida cristiana, el cual es un grupo religioso peruano que fue fundado por Luis Figari, cuenta con más de 20.000 seguidores en 25 países y fue reconocido oficialmente por el papa Juan Pablo II en 1997. Pero debajo de este prestigio religioso se encontraba una de las redes criminales más asquerosas que se haya visto en el Perú. 

Pedro Salinas y Paola Ugaz, periodistas de investigación, hicieron público los crímenes sexuales cometidos por el Sodalicio en el 2015 con la primera versión del libro “Mitad monje, mitad soldados”, en donde lograron que 30 víctimas contaran sus testimonios sobre los abusos a los que fueron sometidos. En el libro se menciona que distintos miembros de la iglesia cometieron estos abusos, pero el principal agresor fue el fundador del Sodalicio. Varios jóvenes denunciaron a Figari por abuso sexual y por usar su posición de liderazgo para tener un control y dirección autoritaria sobre la mayoría de los sodálites. Abusó de su posición de poder en la organización, muchos creían que sus palabras y directrices provenían directamente de Dios. 

En enero de 2017, la fiscal María del Carmen Peralta declaró que no había pruebas para un juicio civil contra Figari. Pero dos meses después, el fiscal superior Frank Almanza decidió que la denuncia presentada por José Enrique Escardó, Óscar Osterling, Pedro Salinas, Martín y Vicente López de Romaña sobre secuestro, lesiones graves y asociación ilícita para delinquir debía ser nuevamente investigada. Almanza detectó que la indagación de la fiscal María del Carmen Peralta tenía graves deficiencias: testigos que no fueron llamados, peritajes descartados, interrogatorios conducidos en forma ineficiente y carencia de fundamentos adecuados. 

Destapar los trapos sucios del Sodalicio trajo consigo que la iglesia y distintos medios cristianos atacaran a Salinas y Ugaz. Un enfrentamiento que hasta el momento no ha llegado a una conclusión directa debido a las distintas trabas legales que se han presentado en el camino. A inicios del 2022, allanaron la casa de Salinas y este declaró que se trataba de un ataque por el caso del Sodalicio, ya que el objetivo del allanamiento era dar con su celular y laptop. Recalcó que este ataque fue para averiguar la investigación de su próximo libro, el cual también se centrará en los abusos de esta organización. 

 Otro periodista que recibió amenazas y querellas por parte de este grupo clérigo fue Daniel Yovera. En el 2019 fue denunciado por Alberto Gómez de la Torre Pretell, un exrepresentante de empresas vinculadas al Sodalicio de Vida Cristiana, luego de que Yovera publicara en el 2016 un reportaje llamado ‘The Sodalitium Scandal’ (El escándalo del Sodalicio). Ahí se reveló cómo es que la iglesia destinó dinero a una organización criminal conocida como “La gran cruz”, la cual se dedicaba a desalojar a ciudadanos de extrema pobreza de las ciudades Castilla y Catacaos en Piura. 

“La represión que se dio en nuestra contra, especialmente con Paola, fue en gran medida un ataque en contra de la libertad periodística. Yo soy inocente de la denuncia que se ha puesto en mi contra. Pero, para la empresa que mi investigación deja mal parada, para ellos es difamación. Tampoco es de sorprender el trato que recibimos los periodistas actualmente a pesar de realizar un trabajo investigativo con datos y hechos que lo sustenten”, comentó Yovera ante los ataques que recibió por su reportaje.  

   

                     Conversación con Daniel Yovera sobre caso “Sodalicio” vía zoom 

Yovera también indicó que se siente tranquilo al saber que la denuncia está centrada en expresiones que vulneran el honor del demandante, pero que él no fue quién dio dichas opiniones. Los entrevistados expresaron lo que ellos percibieron o vivieron así que no había preocupación en ese sentido. Tiene buenas expectativas referente al caso, por ello, sigue apoyando constantemente a sus colegas Salinas y Ugaz con el Sodalicio. Estos tres periodistas han experimentado en primera línea lo que es ser atacado desde distintos frentes por una institución de gran poder y que busca esconder sus más perturbadores secretos. Ellos no dieron un paso atrás al sufrir su acoso y siguieron luchando hasta que la verdad sea aclarada. 

La investigación por parte de Salinas recién llegó a su fin con la publicación de su último libro “Caso Sodalicio Vol. 5”, una serie de libros que inició desde el 2017. En estos libros él brinda su perspectiva y puntos de opinión con respecto a las diferentes actitudes que ha presentado el Sodalicio y el poder judicial. Según Salinas, el congresista Alberto de Belaunde elaboró un informe del caso y que se encuentra encajonado en el congreso a pesar de ser uno de los mejores informes investigativos que haya leído. “Mitad monje, Mitad soldados” no forma parte de esta saga ya que este es un libro donde se realizó una investigación en toda regla sustentada por diversas fuentes, mientras que, los demás libros son de un corte más subjetivo.

 ¿Cuándo será el día que el poder no nos amordace? pues no lo sabemos, de lo que sí estamos seguros es que mientras exista un buen periodismo de investigación se seguirán destapan casos escabrosos y ocultos. Los “hombres de Dios” podrán descansar tranquilos, pero la justicia y el periodismo no.


Escritores:

Génesis Molina

Cristhian Lupú

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