30 Nov
30Nov

Casos, personas y doctores conforman el día a día de la sala de emergencias, un lugar donde se está entre la vida y la muerte diariamente, en el cual estar entre una de ellas puede ser sólo cuestión de minutos.

Era sábado y la noche ya había caído, llenando de oscuridad las frías y desoladas calles al igual que los pasadizos del Hospital Sergio Bernales de Collique.

La sala de emergencias es  un lugar frío, tétrico, donde reina el silencio y con un aire espeluznante, iluminado por una gran luz brillante. Las personas van llegando esperando ser atendidas, algunas con desespero, otras con angustia, pero todas buscando el mismo fin, ser salvados de las garras del dolor. Quizá han sufrido un accidente automovilístico, un ataque por parte de algún sujeto que solo buscaba alguna victima inocente a quien sustraerle el celular, alguna mujer abusada y llena de golpes por a un hombre el cual dice amarla, alguna crisis causa por alguna enfermedad o tal vez alguna pelea que termino con algún herido.

El sonido de los pasos de las enfermeras y doctores, las conversaciones en voz bajas de los acompañantes que solo le tocaba esperar con angustia alguna información de sus familiares y el sonido de uno que otro quejido de un paciente se escuchaban en los rincones. Las manecillas del reloj avanzan y no hay mucho movimiento.

La otra cara de la moneda es la sala de emergencia pediátrica, donde por cada rincón se escuchaban llantos de niños de todas las edades, cada lagrima derramada era ocasionada por el dolor de alguna quemadura o una fiebre alta. El reloj marcaba las dos y treinta y cinco de la madrugada, muchas personas ya habían caído en brazos de Morfeo, el sueño se hacía presente y hacia su llamado.

Repentinamente se escucha a una mujer pidiendo ayuda, traía a su hija de adolescente retorciéndose de dolor, cuando una enfermera llego a auxiliarla con una silla de ruedas para llevar a la niña que no conseguía dar un paso mas y solo se quejaba de dolor que tenía en su estómago, inmediatamente la trasladaron una camilla donde la comenzaron

 a examinar, después de unos diez minutos la madre salió angustiada agarró su celular y un poco nerviosa comenzó a marcar parece que esta hablando con su esposo, luego de algunos minutos colgó la llamada y se sentó, el doctor salió y se acerco a la mujer y se pusieron a conversar al parecer la niña tenia un grave caso de apendicitis y debía ser operada con urgencia, la mujer volvió a ingresar al cuarto y al instante cual rayo salió con una larga lista de medicamentos que comprar , se le notaba desesperada y volvió hacer la llamada pero no contestaba , pero la mujer no dejo de insistir hasta que le contestaron , la mujer con una voz cargada de desesperación le pedía que se diera prisa , que necesitaban comprar las medicinas o la operación se iba a retrasar y podía acabar en una tragedia .

Al cabo del transcurso de unos minutos, un hombre algo agitado y con cara de preocupación  entró a la sala de emergencias pediátrica y con la mirada parece buscar a alguien y la encuentra ,se acerca a la mujer y la abraza , la mujer le muestra la lista de medicamentos y el hombre la toma entre sus manos y la comienza a leer , luego se dirigen a  la farmacia y cuando regresan entregan los medicamentos para alistar todo para la operación , el hombre se quedo en sala de espera esperando con un rostro serio y mirando a un punto fijo hasta que la puerta del cuarto se abrió y salió la mujer y la niña en silla de ruedas ya con la bata de hospital puesta y lista para ser llevada a sala de operación , la niña lloraba se podía ver en su rostro que sentía miedo , miedo quizá de entrar y no salir , pero su madre y al parecer el que era su padre la abrazaron y le dieron palabras de aliento , y el gesto de amor que puede dar los padres a su hija un beso , quizá un beso de despedida por que ellos también tenían miedo de  tal vez no volver a verla pero trataban de no demostrarlo para no poner mas nerviosa a la niña .

Las horas pasaban y los padres de la niña seguía en la sala de espera sin ninguna noticia.La mujer estaba durmiendo recostada el en hombre pe permanecía despierto y abrigaba a su mujer con su casaca por el viento gélido que chocaba contra sus cuerpos,  ya cuando casi el alba se hacía presente llego una enfermera que inmediatamente se acerco a la pareja , el hombre despertó a la mujer la cual con sorpresa lo hizo , la enfermera al ver a la pareja ya despierta comenzó a hablar ,las palabras que salieron de su boca fue un gran alivio para la pareja que se miraron fijamente y se abrazaron , la enfermera les dio indicaciones para poder ver a su hija , la pareja agarrada de la mano y con cualquier rastro de preocupación o temor fuera de su cuerpo se dirigieron a reencontrarse con su hija .

Es así como termina la madrugada con un final feliz para la niña y sus padres y tal vez trágico para otras personas. Es así como se vive en un lugar donde se convive a diario estar entre la vida y la muerte.

Escrito por: Génesis Molina

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