Se dio la noche, nos abrieron las rejas de este antiguo cementerio, el viento soplaba, el miedo era muy notorio que tan solo se podía ocultar con una sonrisa.
Las frías escaleras esperaban nuestras pisadas, el frío cada vez era más fuerte, solo había miradas que decían: qué pasara esta noche.
Las horas trascurrían, llego el momento de entrar, era una noche muy hermosa y silenciosa .al estar parada ahí y ver los silenciosos, vacíos pabellones en mi mente se daba mucha imaginación.
Comenzamos nuestro recorrido con el pabellón de los suicidas, todos caminábamos muy lentamente, se podía sentir el miedo de las personas. Era el pabellón más tenebroso, tumbas quemadas, el polvo que era llevado por el aire y así tapando los nombres de cada tumba.
Los minutos iban transcurriendo a lo lejos se veía el hermoso ángel de la valentía cargando a un soldado peruano. Así nos daba la bienvenida a la cripta de los héroes, inaugurado en 1808 por el virrey Fernando de Abascal.
En la puerta se podía ver dos espadas hacia arriba que representaban la vida, esta representación es dada debido que en el corazón de todo peruano estos héroes aún siguen vivos en nuestros recuerdos, este lugar nos hace recordarla gran valentía de todos los soldados que lucharon en cada batalla.
Seguimos el recorrido, llegando a la tumba de Ramón Castilla donde alrededor de la tumba se encuentra 4 leones, de un aspecto agresivo, tal solo de mirar a los leones pareciera que te siguen con la mirada, en la tumba solo se encuentran sus cenizas.
Continuamos caminando en medio de estatuas de ángeles, cruces y plantas .nos encontramos con la tumba del famoso niño Ricardito.
La tumba de Ricardito es la más visitada de todo el cementerio, actualmente tendría 127 años.
Una acompañante de nuestro recorrido nos cuenta que este niño es muy milagroso y cuenta con muchos devotos, Ricardito tiene una historia:
_Ricardito era un niño de 7 años, vivía en extrema pobreza, al fallecer Ricardito su madre muy desesperada no sabía que hacer porque no contaba con el dinero suficiente para enterrar a su hijo es así que un hombre rico de esos tiempos se compadece y muy amablemente le dice a la señora que él se haría cargo del entierro de su hijo.
Al pasar un tiempo, el hijo del señor se enferma .ya no haba esperanzas que viviera, un día el señor acude a la tumba de Ricardito y llorando sin que nadie lo viera le pide que sanara a su hijo como recordándole el favor que le hizo al enterrarlo, al llegar el señor a su casa se da con la sorpresa que su hijo ya se había recuperado.
Desde ahí comienza los devotos a Ricardito, llevando regalos a su tumba y sobre todo con una oración para la familia.
Después de caminar dos horas decidimos separarnos del grupo, llegamos a unos pasillos con árboles, decidimos tomar fotografías, me dirijo a la mitad del pasillo es ahí donde siento un gran peso en mi espalda le pido a mi amiga que tome una foto y al tomar ella la foto se da cuenta que había algo atrás mío, logro tomar la fotografía y es muy notorio una mancha blanca.
Al sentir miedo decidimos regresar con los demás, nos encontrábamos al medio del museo-cementerio logre ver a un niño de aproximadamente 3 años, al fondo de un pasillo, cuando veo el niño el comienza a correr desapareciendo por el frio pasillo del cementerio.
Así decidimos salir de los fríos pabellones, con una experiencia muy tenebrosa,
Comenzamos a sentir dolor de cabeza y era muy notorio el cansancio.AL ya estar afuera nos hicimos una pregunta: ¿después de la muerte hay vida?
Escrito por: Verónica Silva